lunes, 1 de febrero de 2016

Nutrición: Todo sobre la alimentación intuitiva

Llevo más de un año siguiendo la dieta flexible o IIFYM y en este tiempo me he dado cuenta que la dieta flexible es un método muy bueno, y que funciona pero está muy alejado de ser perfecto. 


Hoy vengo a presentaros la alimentación intuitiva, sus bases y sus principios. En mi caso la voy a complementar con la dieta flexible por que bajo mi punto de vista pueden ser un buen complemento la una para la otra. 

- ¿En que se basa la alimentación intuitiva? ¿Es una dieta?
La alimentación intuitiva no es una nueva dieta milagro, es un estilo de vida en sí mismo que nace del sentido común y de nuestra propia naturaleza. Se basa en "escuchar" al cuerpo más que en imponerle dietas, en alimentarse sólo en la medida en que se necesita, y no por razones psicológicas o emocionales, como el estrés, para compensar frustraciones, u otros motivos.

- ¿Hay algún estudio sobre ella?
Esta nueva tendencia en adelgazamiento y alimentación ofrece, según algunos estudios, mejores resultados que las dietas hipocalóricas: Investigadores de la Brigham Young University (en Provo, Utah, Estados Unidos), coordinados por Steven Hawks, han realizado un estudio que concluye que la alimentación intuitiva da mejores resultados a la hora de adelgazar y disminuir el riesgo cardiovascular que someterse a dietas hipocalóricas. Dicho estudio ha sido publicado en el "American Journal of Health Education".

Principios de la alimentación intuitiva:

  1. Aprende a identificar la señal de hambre, y come solo cuando ésta aparezca. Actualmente los seres humanos comemos según horarios, costumbres, emociones (aburrimiento o ansiedad) y pocas veces por hambre real. En el lado contario, cuando hacemos dieta o estamos intentando adelgazar, aún habiendo aparecido el hambre, no comemos y dejamos que esa sensación aumente. Si dejas aumentar el hambre excesivamente, puedes desencadenar un impulso primario a sobrealimentarte: en ese momento comer de forma moderada y consciente puede resultarte imposible.
  2. Deja de comer cuanto te sientas saciado. Escucha las señales de tu cuerpo que te indican que ya no estás hambriento, que estás cómodamente lleno. Detente a la mitad de un plato o de un alimento y pregúntate a ti mismo cuál es tu nivel actual de saciedad y si realmente necesitas comer más.
  3. Haz las paces con la comida. Date a ti mismo permiso incondicional para comer. Si te dices a ti mismo que no puedes consumir un alimento en particular, puede llevar a intensos sentimientos de privación que antes o después te provocarán antojos incontrolables y, a menudo, atracones. Cuando finalmente te rindas ante la “comida prohibida”, tendrás tanta ansiedad que terminarás  comiendo más de la cuenta, con la posterior sensación de culpa y malestar.
  4. Descubre el factor de placer con la comida. En nuestro intento para ser más delgados y saludables, frecuentemente pasamos por alto uno de los más básicos regalos de la existencia: el placer y satisfacción encontramos en la experiencia de comer. Cuando comes lo que verdaderamente quieres, el placer te ayudará sentirte satisfecho y contento, necesitarás menos comida para decidir que has tenido “suficiente”.
  5. No mezcles tus sentimientos con la comida. Encuentra formas de reconfortarte, distraerte, y resolver tus problemas sin utilizar comida. Ansiedad, soledad, aburrimiento, enfado, son emociones que todos experimentamos a través de la vida. La comida no arreglará ninguno de estos sentimientos, podrá calmarte a corto plazo, distraerte del dolor, pero no resolverá el problema. Comer por hambre emocional sólo te hará sentir peor a la larga: al final tendrás que lidiar con la emoción, y con la incomodidad de la sobrealimentación.
  6. Respeta tu cuerpo. Acepta tu genética. Así como una persona de calzado talla 42 no esperaría de manera realista apretujarse en un zapato talla 36, es igualmente inútil (e incómodo) tener la misma expectativa con el tamaño del cuerpo. Intenta mejorar tu físico pero busca metas realistas, valora donde empezaste tu camino y donde estás actualmente.
  7. Ejercítate. Olvida el ejercicio militar, solo mantente activo y siente la diferencia. Enfocate en como se siente tu cuerpo cuando prácticas ejercicio, en lugar del efecto de quemar calorías. Si cuando despiertas tu única meta es perder peso, no será un factor lo suficiente motivador a largo plazo.
  8. Respeta tu salud. Haz elecciones de alimentos que respeten tu salud y tus gustos mientras que te hacen sentir bien. Recuerda que no tienes que tener una dieta perfecta para estar sano. No tendrás una deficiencia nutricional ni ganarás peso por un aperitivo, un plato, o un día de comida especial. Es lo que comes de manera consistente y a través del tiempo lo que importa, el progreso hacia una alimentación saludable, no la perfección.


2 comentarios:

  1. muy buen post , si señor!! Esta en mis objetivos el cambiarme de iifym a Alimentacion de forma intuitiva, llevo mas o menos un año y es cierto eso de que llegan las 11 de la noche y te tienes que ir a dormir y ves que los macros que te quedan son por ejemplo 100kcal aprox y dices uf.. no me apetece comer mas.
    Muy grande Ibon, sigue con publicaciones asi y dando a conocer que no todo se basa en algo que te impongan a rajatabla como unos macros presstablecidos.

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    1. Estoy seguro de que el día que te lances te irá bien, al pricipio custa porque tienes unos hábito adquiridos pero a la larga merece mucho la pena.

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