Siempre se ha dicho que para estar saludables hay que comer de todo. Solo por eso, por haberse dicho desde antiguo, poca gente se planteaba si realmente esta frase tenía alguna base científica. Hoy os ayudaré a despejar vuestras dudas.
¿A caso por aumentar la variedad de alimentos
en nuestra dieta va a mejorar la salud?
¿Hay alimentos imprescindibles?
Antes de empezar, una pequeña historia para poneros en contexto:
- “Hay que comer de todo”- dijo Juan mientras se comía una palmera de chocolate.
Juan tiene graves problemas de sobrepeso. Hoy se ha levantado tarde para ir a trabajar y ha tenido que salir de casa sin desayunar. Justo a la entrada del trabajo se ha parado en la cafetería habitual, ha pedido un café y una palmera de chocolate. En realidad, si lo piensa bien no tiene hambre, pero siempre ha escuchado que el desayuno es la comida más importante del día, que no puedes saltarte el desayuno, que hay que meter azúcar en el desayuno para empezar a funcionar, que saltarse el desayuno te hace engordar,...
Además, hay que comer de todo y todo se puede comer de forma ocasional, por lo que Juan está convencido que ha hecho bien y que es mejor desayunar una palmera de chocolate que nada.
Donde escribo “Juan” podéis poner “cualquier nombre” y donde escribo “palmera de chocolate” podéis poner “cualquier alimento no saludable”. En esta historia se juntan varios mitos y otras recomendaciones mal interpretadas que desencadenan finalmente en una mala decisión por parte de Juan. Pero hoy nos centraremos en "Hay que comer de todo".
El mayor problema de esta frase no es la frase como tal, sino el uso que se le suele dar: normalmente la usamos para justificar el comer un producto no saludable. Pocas veces cuando a alguien le preguntamos por qué come brócoli nos responderá “hay que comer de todo”, en cambio nos explicará que hay que comer verdura para mantenernos saludables.
Por otro lado decir que hay que comer de todo da entender que en general no hay alimentos prescindibles, cuando la realidad es justo lo contrario, no solo si hay alimentos prescindibles... además no hay ningún alimento imprescindible. Nuestro cuerpo no entiende de alimentos, entiende de nutrientes y podemos extraer los nutrientes esenciales (que no podemos producir y debemos ingerir) de distintas fuentes.
Desde el punto de vista de la salud la frase no se sostiene por ningún lado. No hay ningún estudio que afirme que quienes comen "de todo" tengan un mejor estado de salud que quienes no lo hacen. El objetivo sería intentar comer la mayor variedad de alimentos pero siempre que éstos sean saludables. Dar prioridad a la calidad de los alimentos frente a la cantidad de distintos alimentos que consumimos.
Un ejemplo muy claro de calidad frente a cantidad, cual sería mejor opción, imaginando que el total de calorías sería la misma:
- Opción a) Un plato de arroz blanco con tocino frito, queso tipo tranchetes, salsa de tomate de bote, salchichas de sobre.
- Opcion b) Una ensalada con tiras de pollo y aceite de oliva.
La opción A es mas variada pero la opción B es de mayor calidad nutricional y es más saludable.
Conclusiones:
- Debemos aceptar que desde el punto de vista de la salud hay alimentos que no se deberían de consumir nunca, o cuanto menos mejor.
- Ésto no significa que no podamos comerlos, pero al menos deberíamos limitar el consumo de esos productos.
- Limitaremos esos productos según lo perjudiciales que sean para la salud: no es lo mismo la carne roja que parece tener potencial cancerígeno pero que se puede consumir, que las grasas trans que no se deben consumir para nada o intentar al menos limitarlas al máximo.
- Es más adecuado decir “Se puede comer de todo” que “Hay que comer de todo”. “Hay” implica obligación o necesidad y para nada es necesario comer de todo, por lo que puede ser ser una frase muy fácil de malinterpretar.
- Además esto será relativo al estado de la persona y sus características individuales.
Desde el ámbito de la educación en alimentación se intenta simplificar el mensaje para que llegue a toda la población, sea lo más claro posible y pueda entenderse con escasos conocimientos sobre el tema, pero luego nos encontramos con que acaba siendo tan poco preciso que tiende a malinterpretarse, causando más daños que beneficios.
Por lo tanto yo propondría la frase:
“Se puede comer de todo, teniendo en cuenta las características individuales de cada persona (actividad física, estado de forma, enfermedades,...) y estableciendo la frecuencia y la cantidad con la que ingerimos los alimentos según sus efectos beneficiosos o perjudiciales en la salud.”
Si... Ya sé que la frase no es tan atractiva como la original... Pero en una sociedad con una tasa de sobrepeso cercana al 40% y obesidad al 16% (estimaciones de población adulta en España) y en la cual varias de las causas de muerte más comunes están estrechamente relacionados con la obesidad y los hábitos de vida poco saludables la veo mucho más adecuada. Es mucho más exacta y deja menos espacio a ser mal interpretada.
Os aconsejo además leer este artículo del dietista Aitor Sánchez (autor del blog Midietacojea) sobre si hay ALIMENTOS BUENOS Y MALOS:
Fuentes:
- Datos prevalencia obesidad en España: http://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-2-articulo-prevalencia-obesidad-espana-13079612
No hay comentarios:
Publicar un comentario