martes, 10 de mayo de 2016

Reflexión: El arte de no amargarse la vida

En este artículo quiero compartir contigo una reflexión que puede que a más de uno le resulte chocante, de forma similar a cuando alguien dijo que la tierra no era plana sino curva, por lo que te pido que tengas la mente abierta y lo leas detenidamente. 

Todo el artículo está basado en lo que he aprendido leyendo el libro "El arte de no amargarse la vida" del psicólogo español Rafael Santandreu, el cual os recomiendo muchísimo ya que se explica mucho mejor que yo y es un libro increíble. Inicialmente lo utilicé con un usuario de mi asesoramiento pero creo que muchos de mis lectores os beneficiaríais de la esencia de este artículo. 





Para empezar: 

"El ser humano no es perfecto y exigirnos a nosotros mismos serlo es una forma de impedirnos ser felices".



Vivimos en un entorno en el que constantemente se nos mandan mensajes de motivación, optimistas, que nos dicen que no podemos fallar en nuestras metas, que todo es posible si nos esforzamos, que quien falla es porque no se ha esforzado lo suficientes, que nos hemos rendido o que somos débiles si no conseguimos lo que nos proponemos,... Y yo te aseguro de que antes o después vas a fallar en alguno de tus grandes objetivos, que no vas a lograr todo lo que te propongas y que no todo es posible. 

Debemos de darnos permiso para fallar, volver a intentarlo de nuevo las veces que haga falta y si en el proceso nos damos cuenta que ese objetivo nos está consumiendo, que lograrlo nos va a causar más problemas que la satisfacción de conseguirlo, podemos aceptar que no necesitamos cumplir ese objetivo para ser felices. Un ejemplo  ejemplo de un objetivo que nos trae más problemas que la satisfacción de conseguirlo sería perder a los amigos, vida social o descuidar nuestras relaciones con los demás en la búsqueda de conseguir un físico perfecto.

Algunos se pasan la vida intentando alcanzar esa perfección física a base de ejercicio excesivo y descontrolado, dietas absurdas y/o restrictivas, múltiples operaciones, retoques,... Y para cuando quieren darse cuenta ya es demasiado tarde y se han perdido lo más importante: la vida y la felicidad, disfrutar del tiempo que pasan con sus seres queridos (familia, pareja y amigos), disfrutar de la comida,...



No me malinterpretes no digo que haya que conformarse con lo que tenemos, que no haya que luchar por mejorar nuestros defectos o cumplir nuestros sueños, solo digo que tenemos que tener siempre en cuenta que no lo necesitamos para ser felices y llevar una vida plena. Decirnos a nosotros mismos que necesitamos algo para ser felices es impedirnos serlo, porque si no lo tenemos nunca seremos felices y si lo tenemos, siempre tendremos la posibilidad de perderlo y ese miedo nos creará ansiedad, angustia, depresión,... No nos dejará disfrutar plenamente de ello.

Luchar si, obsesionarse no, y si luchamos y nos esforzamos y finalmente no conseguimos nuestros objetivos pues ¡mala suerte! La vida sigue y no vale la pena amargarse por necesidades que nosotros mismos nos imponemos. Nadie necesita estar en forma, musculado o definido para ser feliz. Sería estupendo estarlo, pero no podemos pasar por alto que solo es un complemento a nuestra vida, no una necesidad, la vida no gira entorno a nuestra definición muscular, los km que podemos correr o la cantidad de domidadas que podemos hacer.



Un ejemplo exagerado, digamos que yo que lucho por mejorar mi físico me lesiono de forma que nunca más pueda volver a practicar deporte, ni siquiera andar. Por mucho que adaptaría mi dieta a mis nuevas necesidades, mi físico empeoraría de forma brutal sin que yo pudiese hacer nada para remediarlo. Si tengo una mentalidad fuerte aprenderé a ser feliz con ello y buscar la felicidad en otros ámbitos de la vida, hay muchas mas posibilidades de sentirme realizado y ser feliz. Si soy una persona que depende exclusivamente de su forma física para ser feliz estaré prácticamente muerto en vida.

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