domingo, 21 de junio de 2015

Perder grasa es como construir un edificio

El veranito ya esta aquí y hoy voy a utilizar una metáfora para explicaros como afrontar el objetivo de perder grasa, aunque este mismo ejemplo se podría utilizar para conseguir otros objetivos. Resumiendo, creo que hay dos formas de hacer las cosas y cada forma tiene sus ventajas, sus inconvenientes y sus consecuencias.


Vamos con la metáfora. Voy a comparar nuestro objetivo, perder grasa, con el proceso de construir un edificio. Podemos construirlo de dos formas:

Lenta:
Colocamos los pilares y vamos poniendo los ladrillos uno a uno, asegurándonos de que están bien colocados antes de poner el siguiente. Este proceso es muy lento, hemos tardado un año en construir el edificio, pero nos ahorraremos tener que reparar los desperfectos después, pues aguantará firmemente el paso del tiempo. Además tenemos un edificio equilibrado y bonito.

Rápida:
Ponemos los ladrillos lo más rápido que podemos, por lo que probablemente habrá algún ladrillo torcido o mal colocado. Acabamos el edificio en un mes, pero tenemos que pasarnos los 11 meses restantes arreglando desperfectos, grietas en la fachada y es posible hasta que nuestro edificio se desplome y tengamos que empezar de nuevo.

¿Y en que se parece esto a perder grasa? Muy fácil, perder grasa de forma efectiva es un proceso lento, y más si no queremos dejarnos todo el músculo en el camino.


Podemos perder grasa poco a poco, haciendo las cosas bien y de forma saludable, bajando las kcal de forma progresiva y someternos a una presión excesiva. Tendremos la posibilidad de equivocarnos y fallar en el proceso porque tendremos tiempo para corregir el error. Cuando hayamos acabado el efecto rebote será mucho menor que si habríamos bajado ese peso en menos tiempo. La piel habrá tenido tiempo de adaptarse y no habrá flacidez.

Podemos perder peso en poco tiempo, restringiendo alimentos y bajando las calorías de forma agresiva, además de otros métodos muy cuestionables desde el punto de vista de la salud. Perderemos músculo, nuestro sistema hormonal puede dañarse ralentizando nuestro metabolismo, además es muy probable que suframos estos síntomas: perdida de lívido o deseo sexual, falta de motivación, fatiga y cansancio extremo, pérdida de fuerza y rendimiento,…

Para finalizar me gustaría destacar que este artículo va dirigido a la gran mayoría de usuarios de una sala fitness, sobre todo a los que empiezan a preocuparse por su forma física poco antes del verano, no va dirigido a gente que compite o sabe lo que hace y tiene el cuerpo preparado para estos cambios tan bruscos.

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